Un investigador manipula una vacuna.

Un investigador manipula una vacuna.

Salud

Cuenta atrás para la primera vacuna contra el cáncer: "Los datos parecen muy prometedores"

Los primeros resultados definitivos estarán disponibles "a finales de 2025 o principios de 2026", según una de las oncólogas que la investiga en España.

30 abril, 2024 03:00

Las largamente esperadas vacunas terapéuticas contra el cáncer están más cerca que nunca. La más avanzada, que busca reducir la reaparición del tumor en melanoma, tiene en marcha el último ensayo antes de su aprobación y permite vislumbrar la próxima revolución en el tratamiento de un conjunto de enfermedades que cada día sorprende por su variedad.

"Se estima que acabe el reclutamiento a finales de este año", explica la oncóloga del Vall d'Hebron Eva Muñoz Couselo, que también es vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). El ensayo comenzó en Australia, España se incorporó las pasadas navidades y ahora ha empezado en países como Reino Unido.

"Pero veo difícil que tengamos los primeros resultados hasta finales de 2025 o principios de 2026 [el ensayo finalizará en 2029]. Lo que sabemos hoy en día es que los ensayos en fase 1 y 2 parecen muy prometedores".

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Los ensayos de medicamentos en humanos se dividen, por lo general, en tres fases. En la primera se mide si el fármaco es seguro y suele ofrecerse a voluntarios sanos. En la segunda se observa si es eficaz, es decir, si la respuesta es la esperada.

Estas dos fases se realizan en unos pocos pacientes. La fase 3 es la crucial, pues busca saber medir de la forma más precisa posible el efecto de un fármaco en la enfermedad estudiada, y por eso necesita muchos más participantes, para poder extrapolar sus conclusiones a la población afectada.

En abril del año pasado se presentaron los primeros datos de eficacia de la fase 2. La administración de V940, la vacuna contra el melanoma desarrollada por Moderna y MSD, junto con inmunoterapia reducía en un 44% el riesgo de reaparición del tumor en personas con alto riesgo de recurrencia tras su extirpación quirúrgica, en comparación con aquellas que solo habían recibido inmunoterapia.

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Un mes después, nuevos datos concluían que, en los pacientes con la vacuna, el riesgo de muerte o de metástasis distantes de la localización original del tumor se reducía un 65%.

Poco después se comenzó a vacunar en Australia a las primeras personas de la última fase del ensayo. En total, se espera reclutar a 1.089 pacientes, 42 de ellos (repartidos en seis centros) en España.

"Por política del laboratorio, no se pueden incluir más de siete pacientes por centro", explica Muñoz, "para intentar que su distribución sea homogénea".

Su hospital comenzó el ensayo durante las navidades pasadas y ya ha logrado el objetivo de reclutamiento. 

"Son pacientes afectos de melanoma en estadios iniciales y que tienen un alto riesgo de recaída", describe la oncóloga. "Se les había extraído el tumor primario y, aún así, seguían teniendo un riesgo muy alto de recaída y, por tanto, de impacto en la supervivencia".

Una vacuna para cada paciente

Las vacunas contra el cáncer llevan décadas investigándose. En realidad, se puede decir que algunos cánceres ya tienen su vacuna: por ejemplo, la inmensa mayoría de casos de tumores de cuello uterino son provocados por el virus del papiloma humano. De hecho, el objetivo último de la vacuna del VPH no es tanto evitar la infección del virus como el riesgo de cáncer subsiguiente.

Las que van dirigidas directamente a los tumores, sin embargo, arrastraban un fracaso tras otro. La idea de buscar antígenos contra las células cancerígenas no había tenido éxito hasta que aparecieron las plataformas de ARN mensajero. Sí, las mismas que se utilizaron en las vacunas contra la Covid.

La idea es similar: secuenciar el objetivo (ya sea un virus o las células cancerígenas) para buscar antígenos, proteínas de la superficie que sean detectables por el sistema inmune, y generar una vacuna con ellos.

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Lo que diferencia a la vacuna del cáncer actual de la Covid es que, mientras el SARS-CoV-2 mantiene unas características esenciales, cada tumor es un mundo distinto. Por eso la estrategia de buscar antígenos universales no daba buenos frutos.

Las plataformas de ARN mensajero permitieron un cambio de estrategia: analizar los antígenos característicos de cada tumor y fabricar una vacuna específica para cada paciente. De esta forma, la vacuna no previene el cáncer primario sino que pretende evitar su reaparición.

"Es un primer paso, dentro de los múltiples que se están ensayando en oncología, para intentar hacer una medicina más personalizada", comenta Muñoz.

"En el caso del melanoma, se extrae una muestra del tumor en la cirugía y se secuencian los diferentes genes para fabricar una vacuna específica con estas alteraciones moleculares. Junto con la combinación de un anti-PD-1, que en este caso es pembrolizumab, puede favorecer la estimulación del sistema inmunitario" para que actúe contra el propio tumor.

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La plataforma desarrollada por Moderna y MSD puede generar hasta 34 neo-antígenos, una combinación de moléculas características de un único tumor. Es el paradigma de la nueva medicina personalizada: si hasta ahora personalizar consistía en desarrolla terapias contra una proteína específica que aparecía en un conjunto de tumores, ahora se busca un conjunto de proteínas que aparecen en un tumor específico.

Para lograr una buena respuesta, con todo, hace falta insistir. Los pacientes reciben un máximo de nueve dosis de la vacuna (una cada tres semanas) y 18 de pembrolizumab, la inmunoterapia elegida para acompaña a V940 en la reactivación del tumor.

Lo mejor es que, hasta el momento, las reacciones adversas notificadas son leves, por lo general. "No añaden mucho más a los que ya conocemos de los anti-PD-1 [la inmunoterapia elegida] y lo único que aportan de diferente es la reacción local del pinchazo", apunta Muñoz.

El melanoma no es el único tipo de tumor para el que se está probando esta vacuna. Hay otro ensayo en fase 3 para observar su eficacia en cáncer de pulmón de células no pequeñas (el más habitual) y otros en fase dos frente al cáncer vejiga, carcinoma de células renales y carcinoma cutáneo de células escamosas.